viernes, 31 de mayo de 2013

por el lado del chofer que hay lugar

Cuando uno realmente se pone a pensar el sentido de lo conocido y establecido, entiende que algo cambia, que algo se libera y las cortinas se empiezan a correr.

Dejamos pasar muchos bondis que nos podían meter en nuevos caminos, simplemente por creer que esperando el directo se iba a llegar triunfante y radiante, y en verdad, el destino siempre es el mismo.
Nos subimos tratando de encontrar asiento, si es mejor del lado de la ventanilla, donde el solcito pega rico. 
Después de tanta acomodada, buscamos la música que nos aísle para cerrarle los ojos al sol por el que tanto empujamos. Y no va a ser la primera vez que te despierte un golpe de palmas acompañado de un “destiiiinoooo”, teniendo que bajar por la puerta de atrás, con la sensación de que te olvidaste de algo.

Es mentira que el tren no vuelve a pasar, los trenes pasan, todo el tiempo. Mientras uno se rasca el ombligo intentando escalar un tobogán de abajo hacia arriba, del otro lado del arenero las hamacas se siguen moviendo y pasan por ellas miles de personas al mismo tiempo. Y uno se mira la barriga y piensa.. y piensa.. y piensa.. . Y así estamos de tanto pensar, con el dedo metido en el ombligo ya inmóvil que ni siquiera nos satisface con una rascada.


Pero es necesario reaccionar y pensar que si todavía sigo mirándome el ombligo quiere decir que por esta parada mi bondi no pasa. Hay que caminar unas cuadras más y fijarse qué otro te lleva, y dejarse llevar. 

jueves, 16 de mayo de 2013

Apagón


El momento está planteado para que algo pase, para que algo empiece o para que algo no se apague.

Las dificultades de los encuentros no siempre tienen que ser culpa de alguien, puede ser que la imantación esta vez no funcione. Puede ser que tu cabeza teja y la mía desteja. Puede ser que se te esté por caer un botón, o tengas el nudo muy apretado. Pero no puede ser que alguien tenga que ser siempre el culpable de lo que no sucede.

Estamos rodeados de cosas que no nos sirven y que a grandes cucharadas vamos confundiendo con el remedio para la cura de algo que ya estaba curado desde el comienzo. 
Estamos enfermando creyéndonos doctores matriculados y ejemplares.

Estamos tomando el agua que nos están meando y de paso, nos están cobrando. Es casi tan absurdo como que nos cobren el aire que respiramos, y aún así, lo pagaríamos, orgullosos de tener las cuentas al día.

Estamos creando lugares hermosos para vivir allá donde vivían los árboles, pero como nunca nos detenemos a contar cuantos quedan, no somos conscientes de que ya casi no quedan. Y de esta manera los hijos que vamos a tener, después de escribir un libro no van a tener el árbol que completa la trilogía donde treparse, hamacarse, respirar y vivir. Porque no hay lugares para los árboles.

Nos estamos metiendo entre las sábanas como espías, para ver a dónde va esa manito.
Para ver que al lado de una pierna pelada haya una pierna peluda.
Para ver un par de tetas recostadas a un masculino cuerpo y sacarles una foto de mural, para que nos acompañe durante el resto de nuestras vidas como la felicidad eterna. Y a veces, hay quiénes se sacan esa misma foto y no están sonriendo, no están disfrutando, no están amando.
Hay peludos que se aman entre peludos.
Hay tetas que aman tetas.
Hay más allá de cuerpos, hay mucho más.

Hay correntadas de energía alrededor de nuestros ombligos, que van y vienen desaforadas.
Hay ojos con rayos X que queman las venas y las hacen hervir.
Hay manos frías que esperan que la cabeza mande “esa” indicación para entibiarse y entibiarte.

Estamos corriendo a oscuras.
Hay veces que la luz no importa, que correr con lo de afuera apagado no es un riesgo si lo de adentro está prendido.

miércoles, 1 de mayo de 2013

Ca$h-ate


Es increíble como los seres humanos se acostumbraron a ser dirigidos por el primero que se les para adelante y con voz firme les dice que es lo que está bien o qué es lo que está mal.

Y claro, es más fácil que alguien maneje sus vidas, a hacerse cargo y ser responsables de uno mismo. Obviamente, todo tiene una gran manta de libertad, prosperidad y derechos humanos, que terminan cuando te encajan un escopetazo entre ceja y ceja. Y aún así les dicen “yes Sr”.

Lo único que se les puede agradecer es el Rock and Roll, al que supieron censurar y desmerecer, estos mismos que ahora te dicen con orgullo “nosotros somos el rock”.

Con un poco de historia se puede entender que esto no es de ahora, que siempre, vaya a saber porque motivo, fueron respetados y se auto-posicionaron un escalón más arriba, siempre.

Ellos te dicen qué comer. Clin! (les gustamos regordetes y jugosos)


Ellos te dicen qué tomar. Clin! (bien efervescente y artificial)

Ellos te dicen qué escuchar. Clin! (“oh yes”)

Ellos te dicen quiénes son los malos- Clin! (todo aquel que se defienda con propiedad)

Ellos te dicen que película mirar. Clin! (y los concentran en un mismo lugar)

Ellos te dejan saber lo que quieren que sepas. Clin! (el cielo está controlado)

Ellos te ocultan lo que no pueden resolver. Clin! (se nos viene el cielo encima)
Clin.
Clin-Caja.

Gente que se beneficia con una guerra no es gente.